31 de mayo de 2025

Ventas de bicicletas en España: un negocio importante

La industria de la bicicleta en España es un motor importante para la economía y la sociedad. Este sector da empleo 24.456 personas de forma directa. Además, el número de empresas operando en el sector aumentó, llegando a 401 en 2022. La producción nacional de bicicletas también experimentó un crecimiento, alcanzando los 255,8 millones de euros. Las bicicletas eléctricas y urbanas mostraron un buen rendimiento, consolidándose como opciones preferidas por los consumidores. Estos son los resultados de 2022, nada desdeñables.

En cuanto a las ventas, en 2022 se vendieron más de 1,35 millones de bicicletas en España. Aunque esto representa una disminución del 13,59% en comparación con el año anterior, la facturación del sector se mantuvo en un nivel considerable, alcanzando los 2.714 millones de euros. Es importante destacar el aumento en las ventas de bicicletas urbanas (22,5%) y eléctricas (5,7%), lo que indica una creciente preferencia por opciones de movilidad más sostenibles. El precio medio de las bicicletas también aumentó, superando los 1.000 euros por primera vez, impulsado en parte por el auge de las bicicletas eléctricas.

Considerando que España tiene 47 millones de habitantes, la venta de 1,35 millones de bicicletas en 2022 equivale a aproximadamente 0,029 bicicletas por habitante. Esto significa que se vendieron alrededor de 29 bicicletas por cada 1.000 habitantes. Esta cifra refleja el continuo interés por la bicicleta como medio de transporte y de ocio en España. Ahora toca que cuaje su uso como un medio de transporte urbano, y no como un simple objeto lúdico o deportivo.

26 de mayo de 2025

A veces las películas se pierden: el caso de El Muchacho Azul (1919) de Friedrich W. Murnau

Conservar una película antigua no ha sido fácil. Hasta que llegaron los medios de digitalización, las películas se podían estropear por la humedad, un incendio, etc. El cineasta  Friedrich W. Murnau fue uno de los autores más influyentes en la historia del cine, con películas tan importantes como Nosferatu (1922) o Amanecer (1927). Como todo director tuvo su ópera prima en El Muchacho de Azul (1919) (Der Knabe in Blau, en el original alemán). Por desgracia solamente se conservan unos pocos fotogramas de esta película 

Actualmente, la película se considera perdida, aunque en el archivo cinematográfico de la Deutsche Kinemathek posee 35 pequeños fragmentos que varían entre dos y once fotogramas de duración. Auténticos incunables del cine. La obra se inspira en el retrato creado por el pintor inglés del S.XVIII Thomas Gainsborough y en la novela El retrato de Dorian Gray de Oscar Wilde.

Argumento

Thomas von Weerth (Ernst Hofmann) es un aristócrata arruinado que vive en su castillo junto a su viejo sirviente (Karl Platen). Su única posesión valiosa es un cuadro de un antepasado suyo (similar a El niño azul de Thomas Gainsborough), en el que su ancestro aparece con una gigantesca esmeralda. Según la leyenda familiar, la esmeralda está maldita, por lo que el hijo del ancestro la escondió en algún lugar del castillo para detener la maldición. Weerth ha pasado años buscándola para intentar salir de su ruina económica. Una noche, Weerth sueña que su antepasado sale del cuadro y le muestra dónde está la esmeralda. A la mañana siguiente, Weerth se dirige al lugar indicado en el sueño y, efectivamente, encuentra la joya. Su sirviente le ruega que la deseche, pero él se niega, es la oportunidad de su vida para escapar de la situación de pobreza en la que se encuentra. Esa misma noche, una banda de gitanos errantes llega al castillo. Cantan, bailan y representan pequeños espectáculos para von Weerth, quien se enamora perdidamente de una joven gitana rubia (Blandine Ebinger). Mientras ella lo mantiene embelesado, el resto de los gitanos roban la esmeralda, saquean por completo el castillo y finalmente le prenden fuego. La gitana se ríe mientras huye con sus compañeros. Von Weerth cae gravemente enfermo. Sin embargo, una joven actriz gitana (Margit Barnay), que se había enamorado de él, regresa, lo cuida hasta que se recupera y terminan enamorándose.

Un argumento sencillo, por desgracia no tendremos ya la oportunidad de disfrutar de esta obra del mítico directos alemán.



23 de mayo de 2025

Nosferatu (1922): El origen del horror vampírico en el cine y su posterior influencia en el género

Entre las sombras del cine expresionista alemán de los años 20, Nosferatu, eine Symphonie des Grauens (1922), dirigida por Friedrich Wilhelm Murnau, se alza como una de las películas más influyentes del cine de terror y el vampirismo cinematográfico. No solo es la primera gran adaptación (encubierta) de Drácula, la novela de Bram Stoker, sino que también establece un imaginario visual y narrativo que ha perdurado durante más de un siglo, inspirando películas como Drácula (1931), Drácula de Bram Stoker (1992) o Déjame entrar (2008). Pero también ha inspirado películas en las que el mal está encarnado por personajes con una estética similar a la del Conde Orlok, que es el protagonista malévolo de este film ¿Cuántas películas muestran a seres diabólicos blanquecinos, con largas uñas? por ejemplo, el hombre alto en Phantasm (1979) o El Maestro (interpretado por el actor Mark Metcalf) de la serie televisiva Buffy, Cazavampiros. En fin, una influencia brutal en el cine posterior a su estreno. Pongo aquí la película y debajo comentarios a la misma y al cine de vampiros.


El relato: una adaptación velada de Drácula

El guion, escrito por Henrik Galeen (el mismo que escribió y dirigió la magnífica The Golem), sigue la estructura básica de la novela de Bram Stoker, aunque con cambios significativos para evitar problemas de derechos de autor (que, irónicamente, la viuda de Stoker detectó y llevó a juicio, ordenando la destrucción de varias copias de la película). En lugar del Conde Drácula, tenemos al terrorífico Conde Orlok (Max Schreck), un vampiro que acecha desde un castillo en los Cárpatos y que, al viajar a Alemania, lleva consigo la peste y la muerte. Tenemos por tanto a la representación del mal en el personaje.

Thomas Hutter - Nosferatu (1922)
El protagonista, Thomas Hutter (equivalente a Jonathan Harker en la novela, e interpretado por Gustav von Wangenheim), es enviado a cerrar un contrato con Conde Orlok y, al descubrir su verdadera naturaleza, queda atrapado en el castillo. Mientras tanto, su esposa Ellen (paralela a Mina Harker) es quien finalmente derrota al vampiro, sacrificándose para atraerlo hasta el amanecer.

El elemento de la peste es una de las innovaciones más interesantes del film, que vincula al vampirismo con una amenaza epidémica en lugar de enfocarse únicamente en la seducción y la aristocracia decadente del personaje de Stoker.

Un estilo visual icónico y perturbador

La estética de Nosferatu es una de las claves de su impacto. A diferencia de otras películas expresionistas alemanas como El gabinete del Dr. Caligari (1920), que usaban decorados artificiales y distorsionados, Murnau opta por rodar en locaciones reales, lo que le otorga a la película una sensación de realismo macabro. Sin embargo, sigue habiendo un fuerte juego con las sombras y la iluminación contrastada, elementos claves del expresionismo. Son estas sombras y claros, los que de forma metafórica también ayudan a comprender la dualidad del mal frente al bien. La luz termina con el mal, que siempre se esconde en las sombras.

Uno de los momentos más icónicos de la película es la escena en la que Orlok sube lentamente unas escaleras, proyectando su espeluznante sombra sobre la pared. Este tipo de imagen, donde el horror del personaje se sugiere a través de la silueta y no solo por la criatura en sí, se convirtió en un recurso recurrente en el cine de terror posterior.

Max Schreck y la creación del monstruo vampírico

El Orlok de Max Schreck es radicalmente distinto de las representaciones posteriores del vampiro. Mientras que Drácula en la novela y en futuras películas es un aristócrata seductor y elegante, Orlok es una criatura inhumana: tiene las orejas puntiagudas, los dedos largos y garras, sus ojos están hundidos y un caminar rígido y antinatural, loe confieren un aire inhumano. Su imagen remite más a un cadáver reanimado que a un ser de seducción nocturna. Su simple presencia aterroriza, la del Conde Drácula encandila. Esta decisión estética influenció enormemente la manera en que el cine retrataría a los vampiros como monstruos incontrolables. Aunque posteriormente la imagen del vampiro regresaría a una estética más elegante (como en Drácula de Tod Browning con Bela Lugosi), el aspecto cadavérico de Orlok influyó en otras interpretaciones, como Salem’s Lot (1979), donde el vampiro Kurt Barlow se asemeja más al Nosferatu de Murnau que al Drácula clásico.

El legado en el cine de vampiros

El impacto de Nosferatu se siente en prácticamente todas las películas de vampiros posteriores:

  1. Drácula (1931) de Tod Browning: Aunque el Conde Drácula de Lugosi es más refinado, la estructura narrativa de Nosferatu inspiró muchas de sus escenas, incluyendo la llegada del vampiro en barco y la atmósfera gótica de la película.

  2. Nosferatu, el vampiro de la noche (1979) de Werner Herzog: Este remake es una reimaginación directa del film de Murnau, con Klaus Kinski interpretando una versión más trágica y melancólica de Orlok, enfatizando el vampirismo como una maldición y no solo como una fuente de horror.

  3. La Sombra del Vampiro (2000) de E. Elias Merhige: Una película que juega con la idea de que Max Schreck era un vampiro real, mostrando la filmación de Nosferatu como un proceso en el que el director sacrificó todo por la autenticidad.

  4. Salem’s Lot (1979)Basada en la novela de Stephen King usa un diseño de vampiro fuertemente influenciado por Orlok, con un rostro pálido, ojos brillantes y rasgos animalescos.

  5. El cine de terror en el SXXI: La estética cadavérica y la mitología del vampiro como una criatura más allá de la humanidad han permeado películas contemporáneas como Déjame entrar (2008) o incluso series como The Witcher, donde algunos monstruos recuerdan a Orlok más que a Drácula. También los vampiros de 30 días de Oscuridad se inspiran en este tipo de personaje vampírico. Por supuesto, también el remake de Robert Eggers que tengo en la lista de pendientes.

Conclusión: el poder de una imagen inmortal

Más de cien años después de su estreno, Nosferatu sigue siendo una de las películas más inquietantes de la historia del cine. Su atmósfera, su estética y su construcción del vampiro como un monstruo más que como un aristócrata refinado han influenciado a generaciones de cineastas. El mal no se disfraza, muestra su rostro y su cuerpo de forma real.

Si bien Bela Lugosi y Christopher Lee redefinieron al vampiro en su versión más seductora, la presencia espectral y cadavérica de Orlok nunca ha desaparecido del imaginario cinematográfico. Cada vez que vemos a un vampiro de piel pálida y ojos hipnóticos acechando en la noche, es inevitable recordar la silueta de Orlok ascendiendo lentamente las escaleras, una imagen que permanece impresa en la memoria del cine de terror. Imperecedera como los vampiros.

16 de mayo de 2025

Más allá del bien y del mal de Friedrich Nietzsche

Cada pueblo tiene su propia forma de ser hipócrita, y a eso se le llama "sus virtudes". No conocemos ni podemos conocer lo mejor que hay en nosotros.



12 de mayo de 2025

Viajes con Heródoto de Ryszard Kapuscinski

En una palabra, para Heródoto la multiculturalidad del mundo es un tejido vivo, palpitante, en que nada está dado ni definido de una vez para siempre sino que no cesa de transformarse, de cambiar, de crear nuevas relaciones y nuevos contextos.



8 de mayo de 2025

M, el vampiro de Düsseldorf (1931): obra maestra con un Peter Lorre sublime

"M", que es su título original, es una obra maestra del cine alemán dirigida por Fritz Lang en 1931 y protagonizada por Peter Lorre en el papel de Hans Beckert, un asesino de niños. En muchos países se le añadió el vampiro de Düsseldorf, en referencia al infame asesino en serie Peter Kürten, que aterrorizó Alemania en el final de la década de los 20."M" no solo es una de las primeras películas sonoras de Fritz Lang, sino que también estableció muchas de las convenciones del thriller psicológico. Su influencia se extiende a directores como Alfred Hitchcock o a Orson Welles, entre otros.

Argumento

La película sigue a Hans Beckert, un asesino en serie que aterroriza Berlín, atrayendo a sus víctimas -niñas pequeñas- con globos y dulces. Su método es silencioso, pero deja tras de sí una sociedad paranoica y desesperada por atraparlo. La desesperación por encontrar al asesino une a dos mundos opuestos: la policía y el hampa, cuya histeria colectiva está afectando a sus negocios. Esto lleva a un clímax memorable donde los propios criminales organizan un juicio clandestino contra Beckert, con un Peter Lorre en una actuación inolvidable, suplicando por su vida y argumentando que no puede controlar sus impulsos.

Innovaciones y Estilo Visual

El director hace un uso pionero del sonido, estamos en los inicios del cine sonoro, Fritz Lang usa el silencio y los efectos de sonido de manera magistral. Por ejemplo, Beckert es identificado porque siempre tararea la misma canción, lo que se convierte en su firma auditiva. La utilización de la fotografía expresionista con iluminación contrastada y las sombras muy marcadas recuerdan al expresionismo alemán (Nosferatu, El gabinete del Dr. Caligari), generando un ambiente opresivo y de paranoia. Además, Fritz Lang utiliza el montaje paralelo alternando escenas de la policía y los criminales en su búsqueda del asesino, aumentando la tensión narrativa.

Peter Lorre en un papel icónico

Este fue el papel que catapultó a Peter Lorre a la fama. Su actuación es hipnótica: al principio su personaje es invisible, una sombra en la ciudad, pero cuando finalmente aparece en pantalla, nos muestra a un hombre frágil, atrapado en su compulsión asesina. Su monólogo final, llorando y rogando por su vida, es tal vez una de las actuaciones más impactantes de la historia del cine.

y detrás de mí corren los fantasmas de las criaturas, nunca se apartan de mí

"M, el vampiro de Düsseldorf" es mucho más que un thriller sobre un asesino. Se trata de una exploración de la justicia, la paranoia social y la monstruosidad oculta dentro del ser humano. Más de 90 años después de su estreno, sigue siendo una de las películas más influyentes de todos los tiempos y una obra imprescindible para cualquier amante del cine.

Os la dejo por aquí para que la disfrutéis:



4 de mayo de 2025

Espejos acústicos en la Primera Guerra Mundial: detectar aviones enemigos amplificando sus sonidos

Como en cualquier actividad humana, incluida la guerra que no deja de ser innata al propio hombre, la tecnología y los artilugios necesarios para realizarla van cambiando y mejorando poco a poco. En la Primera Guerra Mundial la aviación comenzó a tomar un papel en las guerras modernas, utilizados para mapear al enemigo, conocer sus posibles estrategias y movimientos, y para algunas misiones más incluidos los bombardeos. Detectarlos a tiempo era importante para poder preparar las defensas antiaéreas y poder hacerles frente.

Los espejos de sonido fueron dispositivos acústicos diseñados para detectar la aproximación de aviones antes de la invención del radar. Fueron utilizados principalmente por el Reino Unido desde la Primera Guerra Mundial hasta principios de la Segunda Guerra Mundial. Se utilizaban para poder amplificar los sonidos de los motores de los aviones alemanes y de esa forma anticiparse unos minutos a la llegada de los mismos a la costa británica. Al poco tiempo de empezada la Segunda Guerra Mundial está tecnología quedó obsoleta y fue rápidamente superada por el radar, también desarrollado por los ingleses.

¿Qué eran y cómo funcionaban?

Los espejos de sonido eran estructuras de hormigón, con formas cóncavas diseñadas para captar y amplificar las ondas sonoras provenientes del cielo. Funcionaban de manera similar a como lo hace un reflector parabólico, pero en lugar de captar la luz, lo que hacían era concentrar el sonido en un punto específico donde se colocaban micrófonos o personas con auriculares y tubos de escucha. Los operarios tenían que tener el oído muy bien entrenado para distinguir bien la naturaleza de cada sonido. Estos espejos podían tener forma parabólica o como un gran muro de hormigón. Se orientaban a diferentes alturas para poder captar el sonido de los aviones que se aproximaban en diferentes posiciones. Funcionaban con un principio similar al de los telescopios parabólicos o los radares modernos, pero con ondas sonoras en lugar de electromagnéticas.

Había varios tipos de espejos de sonido

  1. Placas verticales grandes (planas o ligeramente curvadas, de hasta 60 metros de largo).
  2. Estructuras parabólicas circulares (de entre 4 y 9 metros de diámetro).
  3. Espejos cóncavos gigantes de hasta 200 toneladas.

El principio detrás de su funcionamiento era que el sonido de los motores de los aviones era captado y enfocado en un solo punto o en un área relativamente pequeña, permitiendo que los operadores humanos los escucharan antes de que fueran visibles. Se podían detectar a una distancia de 20-30 km. Pero el problema es que dependiendo del viento, la presencia de nubes, la cantidad de aviones, etc. su precisión dejaba bastante que desear.

Algunos de estos dispositivos todavía existen en la costa británica del Canal de la Mancha, como en Denge, Kent, donde se pueden ver varias de estas estructuras de hormigón.

Aunque fueron una solución tecnológica que se desfaso relativamente rápido, los espejos de sonido marcaron un paso importante en la detección temprana de amenazas aéreas y fueron un precursor de las tecnologías de radar que cambiarían la guerra moderna. En esto Inglaterra fue tecnológicamente superior a los alemanes.



1 de mayo de 2025

El discurso del método de René Descartes

El tercero, dirigir ordenadamente mis pensamientos comenzando por los objetos más sencillos y más fáciles de conocer para subir poco a poco, como por grados, hasta el conocimiento de lo más complejo, y suponiendo asimismo un orden entre los que se procedieran naturalmente unos de otros.