La película bélica rusa Белый Тигр (White Tiger, 2012), es decir El Tigre Blanco, ha sido dirigida por Karen Shakhnazarov, director con una larga filmografía en la que destacaría Ciudad Cero (1988). El Tigre Blanco, como casi todo lo que procede de Rusia (ahora son los malos de la película), apenas ha llegado hasta nosotros y ni siquiera cuenta con un doblaje al español. La podemos ver en YouTube en ruso y en inglés. Ya adelanto que merece mucho la pena, es una gran película bélica, dentro del subgénero de los tanques, que ya he tratado alguna vez en el Blog. Pero no es una simple película de guerra, es bastante más que eso. Se trata de una producción rusa ambientada en la Segunda Guerra Mundial que, más allá de su aparente trama bélica, esconde una clara alegoría sobre la historia de Rusia y su papel en la Segunda Guerra Mundial. Con elementos sorprendentes y toques fantásticos, esta película no puede dejar indiferente a quien la ve.
La historia puede parecer sencilla. Un tanquista, interpretado por Aleksey Vertkov, es encontrado por soldados soviéticos con el cuerpo completamente calcinado dentro de un blindado destruido. Contra todo pronóstico, logra sobrevivir y, de manera inexplicable, se recupera por completo de sus heridas, pese a sufrir quemaduras en el 90% de su cuerpo. Es aquí donde se introduce un elemento sobrenatural en la película, una constante que se mantendrá a lo largo de la película. Además, nuestro protagonista sufre una amnesia que le impide recordar su vida anterior, solamente sabe conducir los tanques. Para no dejar de sorprendernos, tiene otra habilidad, en este caso mística, puede escuchar a los tanques que le hablan y al dios de los tanques que le ilumina en la batalla. Esto hace pensar a sus compañeros que está trastornado por la guerra, pero su comandante cree en él. Además, parece que la causa de la destrucción de los tanques soviéticos ha sido un tanque "especial" alemán, un Panzer blanco con capacidades extraordinarias. En realidad parece más un fantasma inmune a otros tanques soviéticos, que aparece y desaparece de forma inexplicable.
Durante la primera parte del filme se insinúa que el Panzer - el Tigre Blanco - podría ser una versión modificada de un tanque alemán, un arma secreta desarrollada bajo órdenes de Hitler para intentar frenar a los soviéticos. Sin embargo, a medida que la historia avanza, el guion toma otra dirección y da una respuesta definitiva en su tramo final. Esto va más allá de unos tanques, esto trata del bien y del mal, de lo eterno de la guerra.
Cuidado que cuento el final, no sigas si la quieres ver.
Cuando la guerra termina, se revela el verdadero significado del Tigre Blanco, en realidad es una personificación de la guerra y de su indisoluble unión al hombre, una entidad etérea e inmortal. Aunque el conflicto ha terminado, el protagonista sigue preparándose para el regreso de su enemigo, convencido de que no ha desaparecido, sino que solo está esperando el momento adecuado para atacar de nuevo. En unos diálogos breves pero contundentes, el guion sugiere una reflexión profunda sobre la naturaleza humana: el conflicto es inherente a nuestra existencia, y los "tigres blancos" siempre volverán, tarde o temprano. Esta atmósfera mística de la película se refuerza con el uso de una banda sonora tomada casi en su totalidad de la obra de Richard Wagner, lo que potencia el carácter simbólico del filme teniendo en cuenta la relación de la música de este autor con el nazismo.
El desenlace es tan intrigante como enigmático. Con un cierto aire al final de 2001, a este cineasta le gusta la onírica en sus películas, como ya demostró en la que he mencionado anteriormente. En una de las escenas finales hay un encuentro entre Hitler y otra persona cuya identidad permanece oculta ¿tal vez Dios? ¿el diablo? En mi opinión, creo que Hitler está siendo juzgado por esa entidad oculta. La conversación entre ambos saca a la luz cuestiones interesantes, como la supuesta culpabilidad exclusiva de Alemania en la guerra, la instrumentalización del conflicto entre soviéticos y nazis, o la forma en que el Holocausto sirvió para eclipsar otros crímenes de guerra.
El mismo me lo contó
¿Quién te lo contó?
El tanque
En general, la película está bien rodada, las escenas de las batallas de tanques son creíbles y la fotografía muestra ese mundo oscuro de la guerra de forma magistral. Esta película es una reflexión simbólica sobre la naturaleza cíclica del conflicto, su eterno retorno y la inevitabilidad de su regreso. De hecho 5 años después del final de la Segunda Guerra Mundial se produjo la Guerra de Corea, con un total de unos 5 millones de muertos. La guerra, la bestia de la guerra que siempre regresa.
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