Don Justo Takayama: el samurái católico

Justo Takayama, también conocido como Don Justo Takayama o Iustus Takayama Ukon, fue un samurái y daimyō (el equivalente a un señor feudal europeo) japonés nacido en 1552 en Haibara, Nara. Proveniente de una familia noble budista, se convirtió al cristianismo en 1564, a los 12 años, siguiendo el ejemplo de su padre. Aquí, la labor de los misioneros jesuitas y su mayor apertura a las culturas locales, permitió el auge del catolicismo en tierras japonesas.

Durante el período Sengoku (un largo periodo de guerra civil en Japón), Takayama se destacó como un general y estratega, además de ser un maestro de la ceremonia del té. Su firme convicción cristiana lo llevó a promover y expandir la fe en los territorios bajo su control. A diferencia de otros daimyōs que renunciaron al cristianismo bajo presión, Takayama prefirió perder sus tierras y su estatus antes que abandonar su fe. En 1614, ante la intensificación de la persecución contra los cristianos en Japón, Takayama optó por el exilio. Para ello se estableció en Manila, Filipinas, donde fue recibido con honores de príncipe. Por desgracia, poco después de su llegada, falleció en 1615 debido a unas fiebres. Fue enterrado con honores militares en la iglesia jesuita de Manila, siendo el único daimyō sepultado en suelo filipino.


Su proceso de beatificación se llevó a cabo el 7 de febrero de 2017 en Osaka, Japón. Justo Takayama es recordado por su inquebrantable fe y su disposición a sacrificar todo por sus creencias religiosas. Su memoria perdura en un monumento en Plaza Dilao, en Manila, que lo representa con atuendo samurái y una katana adornada con un crucifijo, simbolizando la unión de su identidad japonesa y su fe cristiana.

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