Pero, vamos a comenzar. La película empieza muy potente, claustrofóbica al máximo. El cabo Bower (Ben Foster) se despierta de una larga hibernación, no recuerda bien quién es ni lo qué hace en la nave. La amnesia es un efecto de la larga hibernación. Después se despierta el Teniente Payton (Dennis Quaid) y los dos se tienen que enfrentar a lo desconocido y a esa amnesia que no les deja ver bien en que lio están metidos. Pero nada es lo que parece.
Si por algo destaca en Pandorum es por su atmósfera opresiva. La película juegan con la oscuridad, las luces parpadeantes y los espacios cerrados para crear una sensación de desorientación constante. La nave espacial Elysium es un laberinto de metal y sombras, casi un personaje en sí mismo, que transmite la misma angustia que el Nostromo en Alien o la Event Horizon en la película homónima de Paul W.S. Anderson. En este aspecto la película lo borda. La nave está llena de criaturas nada amigables, y el cabo Bower se debe enfrentar a ellas con la ayuda que va encontrando por el camino. El objetivo es conectar el reactor para evitar que todos terminen muriendo, pero no será nada fácil.
¿Y el resto de la tripulación?
Aún no lo sé señor
No sigas leyendo ya que cuento el final.
El problema de la película es que a pesar de su propuesta intrigante, el guion de Travis Milloy presenta varios puntos flojos. La estructura narrativa intenta ser no lineal y fragmentada, pero a veces cae en la confusión más que en la intriga, el espectador no termina de saber bien que pasa y tampoco la narrativa ayuda a entenderlo plenamente. El giro final—descubrir que la nave ya llegó a su destino y que el océano en el que se encuentra es en realidad el nuevo planeta al que debía llegar la humanidad—es interesante, pero su impacto se ve diluido por una serie de revelaciones previas que no terminan de encajar del todo bien. Además, las criaturas mutantes que pueblan la nave, aunque efectivas en términos de terror, tienen una justificación narrativa endeble. Los guionistas, como siempre carentes de conocimientos en biología, sugiere que son humanos que han evolucionado (o involucionado) debido a generaciones de supervivencia extrema en la nave, teniendo en cuenta que son humanos y el viaje era de 120 años poca evolución se va a dar, pero la lógica detrás de esas transformaciones no se desarrolla del todo. En cualquier caso, son el equivalente a nuestro querido xenomorfo de los años 70. El guion también peca de forzado. Hay varios momentos donde los personajes explican elementos clave de la trama con un didactismo innecesario, en lugar de permitir que la narrativa los revele de manera más lógica y que el espectador lo entienda por si solo.Ben Foster es, sin duda, lo mejor del reparto. Hace una gran actuación que logra transmitir desesperación, paranoia y vulnerabilidad, elementos esenciales para conectar con el público, en una historia donde el protagonista está desorientado y tiene que sobrevivir a peligros desconocidos. La forma en que su personaje evoluciona, desde la confusión hasta el enfrentamiento final con la verdad, es uno de los puntos fuertes de la película. Por el otro lado, Dennis Quaid flojea, no le da suficiente credibilidad al personaje ni la profundidad psicológica que requiere. Interpretación excesivamente rígida y poco matizada, especialmente en las secuencias finales donde se revela su verdadera naturaleza. En otras palabras, Quaid actúa como si estuviera en una película de acción, pero el tono de Pandorum exige una mayor sutileza psicológica, estamos al borde o mejor dicho plenamente metidos en la locura y eso hay que saber interpretarlo. Hay luego actuaciones secundarias aceptables como la de Antje Traue que nos recuerda un poco a una Milla Jovovich dando saltos en Resident Evil.Pandorum no es ni mucho menos una película perfecta pero tampoco mala. Su guion es demasiado ambicioso, y aunque plantea temas interesantes, su desarrollo es desigual. Sin embargo, su atmósfera claustrofóbica, el gran trabajo de Ben Foster la elevan por encima de muchas producciones genéricas de ciencia-ficción. Si te gusta el terror y la ciencia-ficción es una película imprescindible. Pandorum merece ser vista. No alcanza ni por asomo la maestría de Alien, pero es una película que, con sus defectos, entretiene. Si hay que puntuar le podemos dar un 7.5 sobre 10. Una obra imperfecta pero con momentos memorables y un gran trabajo visual. La claustrofobia como marca de la película.
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