Noah Gordon
El autor, Noah Gordon, fue un escritor y periodista estadounidense nacido en 1926 y fallecido en 2021. Su carrera estuvo marcada por un interés profundo en la historia y la medicina, materias que fusionó en su producción literaria para crear novelas históricas. Tras una formación en periodismo y varios años dedicados a la prensa, Gordon dio el salto a la novela con títulos como El rabino y, sobre todo, con El médico, que le otorgaron reconocimiento internacional. A lo largo de su vida, su obra se caracterizó por una clara vocación por narrar el paso del tiempo y las vidas marcadas por la adversidad, siempre con un estilo accesible y directo. Su obra más famosa y exitosa fue El Médico, de cuyo vientos bebe El Último Judío.
El libro: El Último Judío
El Último Judío se presenta como un ambicioso fresco histórico ambientado en la España de 1492, un momento crucial marcado por la expulsión de los judíos decretada por los Reyes Católicos. La novela sigue la vida de Yonah Toledano, un joven que, tras perder a su familia, se ve obligado a sobrevivir en un entorno hostil, manteniendo viva su fe judía mientras adopta distintas identidades y roles, entre ellos el de médico. Aquí el autor aprovecha el éxito de su novela anterior para exprimir un poco más su fama. La narrativa nos ofrece un periplo de tópicos de la complejidad de la época, mostrando la brutalidad tópica de la Inquisición y los dilemas morales de aquellos que intentaban preservar su esencia cultural en medio de la persecución. La escritura de Gordon destaca por su simplicidad, evitando florituras innecesarias para centrarse en la evolución interior del protagonista y en las tensiones históricas que le rodean. Esta conjunción de historia y humanidad convierte a la novela en una lectura interesante, que explora temas como la identidad y la fe. La novela tiene un gran pero: su lectura es algo plana desde el punto de vista literario y bastante flojo desde un contexto histórico. La novela carece de profundidad psicológica, con un desarrollo lineal y previsible, con unos personajes secundarios carentes de complejidad. Además, el autor sesga de forma descarada a las religiones, los judíos y musulmanes son lo majores y los católicos en su mayoría una panda de fanáticos iletrados.Otros países fueron pioneros antes que España en expulsar a los judíos
Recordemos lo que pasó antes de 1492 en Europa. Por ejemplo, en Inglaterra la hostilidad hacia los judíos se intensificó a lo largo del siglo XIII. Tras años de leyes restrictivas, acusaciones de usura y episodios de violencia —como los pogromos de York en 1190—, Eduardo I decretó en 1290 la expulsión total de los judíos del reino. Francia siguió un patrón similar: ya en 1182, Felipe II ordenó la primera expulsión de los judíos del dominio real, pero no en la totalidad de su reino, aunque fueron readmitidos por interés económico y expulsados de nuevo en varias oleadas, hasta que Carlos VI formalizó la expulsión definitiva en 1394. Es decir, a finales del S.XIII Inglaterra fue pionera en expulsar a judíos de todo su reino.
Cronología de los hechos
Le he preguntado a Chat GPT sobre este tema, para ver que pasó antes de 1492, y esto es lo que me ha contado:
1096 – Pogromos de la Primera Cruzada
En el camino hacia Tierra Santa, bandas de cruzados asaltan comunidades judías en Renania (Maguncia, Worms, Espira), provocando masacres.1147 – Segunda Cruzada
Nuevos ataques contra judíos en Francia y Renania, impulsados por predicadores que los acusan de “enemigos de Cristo”.1182 – Francia
El rey Felipe II expulsa a los judíos de su dominio, confisca sus bienes y anula las deudas que la nobleza y el clero tenían con ellos. Son readmitidos en 1198.1190 – Inglaterra
Pogromos en Londres y York. En York, más de 150 judíos mueren en un asedio y suicidio colectivo en el castillo de Clifford.1290 – Inglaterra
Eduardo I decreta la expulsión total de los judíos del reino. No podrán regresar oficialmente hasta 1656, bajo Cromwell.1306 – Francia
Felipe IV ordena una expulsión masiva. Miles de judíos se dispersan hacia Navarra, la Provenza, Italia y el Sacro Imperio.1348‑1351 – Europa central y occidental
Durante la peste negra, los judíos son acusados de envenenar pozos. Pogromos y expulsiones en Estrasburgo, Basilea, Colonia y decenas de ciudades.1391 – Corona de Castilla y Corona de Aragón
Pogromos coordinados, iniciados en Sevilla y extendidos a Toledo, Valencia, Barcelona y otras ciudades. Miles de judíos asesinados o convertidos por la fuerza.1394 – Francia
El rey Carlos VI decreta la expulsión definitiva de los judíos del reino. Muchos se refugian en Italia y en territorios germánicos.1420 – Austria (Viena)
El duque Alberto V ordena arrestos masivos; se confiscan bienes y se ejecuta a líderes comunitarios. Los supervivientes son expulsados.1470s – Diversas ciudades italianas y germánicas
Expulsiones parciales en Bolonia, Parma, Trento y varias ciudades‑estado; la presión aumenta con la Inquisición en España y la vigilancia papal.
Pero por desgracia, parece que en el imaginario Europeo-Americano fue España la más "malota", ya que expulsó a los judíos de su territorio (a finales del S.XV). Pero se olvidan que ya otros reinos europeos lo había hecho mucho antes. Es decir, en un contexto histórico esto era lo normal, España fue más reticente a hacerlo que el resto de Europa, en ese contexto "fue la menos mala". Además, La Inquisición se funda en el S.XII en Francia, mucha gente piensa que es algo "típicamente español".
Pero, esto de La Inquisición, ¿en qué consistía?
La Inquisición, ¿en qué consistía realmente?
La Inquisición Española, es decir El Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición, fue una institución eclesiástica creada en 1478 por los Reyes Católicos, Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón, con autorización del papa Sixto IV. Su objetivo inicial no era perseguir a la población judía o musulmana en general, sino vigilar y enjuiciar a los conversos —judíos o musulmanes convertidos al cristianismo— que fueran sospechosos de mantener prácticas religiosas propias de su antigua fe, lo que en el lenguaje de la época se denominaba judaizar o islamizar. La preocupación política y religiosa detrás de su creación radicaba en la unidad confesional que los monarcas consideraban esencial para consolidar el nuevo Estado. A diferencia de las inquisiciones medievales anteriores, que dependían directamente del papa, la Inquisición Española fue controlada por la Corona a través de un organismo central, el Consejo Supremo de la Inquisición o Suprema, lo que la convertía en una herramienta tanto religiosa como política.El tribunal inquisitorial tenía competencia exclusivamente sobre personas bautizadas en la fe católica. Esto incluía no solo a conversos de origen judío o musulmán, sino también a cristianos viejos acusados de herejía, blasfemia, proposiciones heréticas, bigamia o prácticas supersticiosas contrarias a la ortodoxia. Por tanto, no podía juzgar a judíos o musulmanes que no se hubieran bautizado, ya que estos quedaban bajo la jurisdicción civil o de otros tribunales eclesiásticos. Es decir, en la novela que tratamos hoy la persecución del protagonista no debería ser de La Inquisición, debería ser desde el poder real, ya que había desobedecido una orden de los reyes.
El procedimiento de la Inquisición, aunque severo, seguía formas jurídicas reconocidas para la época: se iniciaba con una denuncia, se investigaba en secreto, y si había indicios se encarcelaba al acusado a la espera del proceso. El acusado podía ser asistido por un abogado designado por el tribunal y tenía derecho a presentar testigos en su defensa, aunque no podía conocer la identidad de sus acusadores, lo que generaba un evidente desequilibrio procesal. En cualquier caso, hablamos de unas garantías legales bastante pioneras para el contexto histórico en el que nos movemos. Escritores de novela "histórica", no olviden el contexto, el contexto es la esencia de la historia, si él no se puede entender.Las penas variaban según la gravedad y reincidencia. La mayoría de ellas no concluían en ejecución: las sanciones podían ir desde multas, penitencias públicas, confiscación de bienes, destierro o cárcel, hasta la pena de muerte para casos de herejía obstinada. La ejecución capital, cuando se imponía, era realizada por las autoridades civiles, ya que la Iglesia no podía derramar sangre según su propia legislación. Los juicios más solemnes -y muy escasos cuantitativamente hablando- culminaban en el auto de fe, un acto público en el que se leía la sentencia y se aplicaban las penas. Aunque en el imaginario popular posterior —sobre todo desde el siglo XIX— se asoció la Inquisición Española con una maquinaria indiscriminada de torturas y hogueras masivas, los estudios modernos basados en sus archivos muestran que la tortura, aunque legalmente permitida, se aplicó en un porcentaje reducido de casos y bajo límites normativos más estrictos que en la justicia ordinaria de la época. Es decir, de nuevo el autor de la novela recurre a tópicos típicos.
Durante sus siglos de actividad, la Inquisición evolucionó en sus objetivos. En sus primeras décadas se centró casi exclusivamente en los conversos; en el siglo XVI amplió su atención a la vigilancia de corrientes protestantes, alumbrados, erasmistas y otros movimientos espirituales; más tarde, reguló la censura de libros y combatió prácticas supersticiosas o mágicas que consideraba peligrosas para la ortodoxia católica. Con el tiempo, perdió relevancia y fue suprimida en 1834, en un contexto político y social radicalmente distinto al que le dio origen. Históricamente, fue una institución compleja, a la vez represiva y burocrática, que refleja las tensiones de una España en formación, donde religión y poder político estaban entrelazados de forma inseparable.
El mejor consejo es que al leer un novela "histórica" no caigamos en el error de pensar que es un libro de historia. Si lo hacemos, nos llevaremos una idea tópica y mitificada de la realidad, de los hechos, de los legajos, de lo que es realmente la historia.
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