Cuando Manolete visitaba La Alcarria por un buen motivo

Manuel Laureano Rodríguez Sánchez, más popularmente conocido como Manolete, fue uno de los más famosos e icónicos toreros de la historia de la tauromaquia. Nacido en Córdoba el 4 de julio de 1917 y tristemente fallecido en Linares (Jaén), en un fatídico 29 de agosto de 1947. El causante de la muerte fue un miura de casi 500 kg conocido como Islero. Manolete era hijo de torero, su primera corrida fue en Cabra (Córdoba) en 1933 junto con la torera -sí, ya en aquella época existían mujeres "empoderadas" que podían realizar oficios típicamente masculinos- Juanita Cruz (1917-1981). Con los años, Manolete se fue convirtiendo en el torero más icónico de la historia, éxitos, adoradores, cortesanos revoloteando alrededor de su fortuna, falsos amigos y un largo etcétera asociado a la fama. Pero en 1943 su vida cambió, en el famoso Bar Chicote de Madrid conoció al amor de su vida: la actriz Lupe Sino, es decir Antonia Bronchalo Lopesino (1917-1959). Es aquí donde comienza la relación del torero con la actriz, pero también con La Alcarria.

Lupe Sino nació en Sayatón, un pequeño pueblo de La Alcarria. El torero y la actriz pasaron temporadas en el pueblo de Fuentelencina, otro pueblo alcarreño donde la actriz tenía familia. El celebre Buick azul del torero se paseaba por estas tierras secas -pero a la vez ricas en agua- que conforman La Alcarria. Se bañaban en las conocidas como "pozas de Manolete", en las cercanías del pueblo. Manolete entabló amistad con gentes del pueblo, como el boticario. En fin, unos meses idílicos, pero la tragedia siempre acecha. El 29 de agosto de 1947 en Linares -un mes después de anunciar que dejaría los toros ese mismo año- un miura embravecido y cubierto en su propia sangre se vengó de su verdugo. El pitón de Islero atravesó el muslo derecho del torero cuando éste entró a matar, 22 y 15 cm de cornadas que desangraban al torero. La rápida actuación del cirujano de la plaza contuvo algo la hemorragia y aparentemente salvó al torero. Pero el fatídico destino -de nuevo el destino- quiso que desde Madrid un Buick azul, el famoso Buick azul que se paseó por La Alcarria, trajese al prestigioso cirujano de Las Ventas D. Luis Jiménez Guinea. En el interior del Buick viajaba también una pequeña nevera con hielo, en cuyo interior se encontraba un fatídico suero, un suero que sería letal para Manolete. Este cirujano ya había cosido multitud de heridas a toreros y en aquella época se le consideraba el único hombre en la Tierra que le podía salvar la vida a Manolete, según el cirujano la transfusión de suero ayudaría a la pronta recuperación del torero. No se sabe muy bien, pero el resultado de esa transfusión fue tal vez el causante de la muerte de Manolete, o tal vez el flujo de sangre que no dejaba de brotar, o igual las dos cosas. Ya daba un poco igual, el hombre se transformó en mito para siempre y con el famoso "Don Luis, no veo" (llamando al cirujano que estaba a su lado) terminó sus días. Fuera estaba su amor, Lupe Sino a la que no habían dejado entrar -la crueldad de algunos supera lo indecible- y ese amor terrenal terminó aquel día en Linares. Algunas malas lenguas dicen que impidieron que entrará para no permitir el deseo del torero: casarse con ella (y que algunos perdieran la cuantiosa herencia....).

...en una reunión de amigos no debe entrar la política. Manolete

Toda esta historia viene a cuento ya que el otro día visité Fuentelencina. Es un pueblo alcarreño de indudable belleza. Merece la pena la visita, para recordar la historia y ver el presente de estas tierras. Su plaza y ayuntamiento, la Fuente de Abajo, las pozas, etc. Os dejo el fotoensayo, espero que os guste.














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